Las hermanas Kendall

Las hermanas Kendall son (fueron) las protagonistas del caso más dramático de anorexia registrado a nivel mundial. Resulta increíble pensar que, durante años, sólo se alimentaron de 1 rebanada de tomate al día.

Samantha y Michaela Kendall eran dos hermanas que vivían en el Reino Unido. Tuvieron una infancia feliz; pero al llegar a la adolescencia sus cuerpos se ensancharon. Llegaron a superar los 80 kgs.
Y aquello les abrumaba, así que emprendieron una dieta conjunta, pero la cosa no terminaba de funcionar. Necesitaban "algo más". Y lo encontraron. Decidieron hacer una GCA de kilos, un sistema infalible para perder peso. Perdieron 13 kgs en 15 días.

Habían encontrado su modo de vida, la motivación, el motor, su pequeño Dios. Se entregaron durante años a una dieta de media manzana o medio tomate al día. Daba igual el mundo, daba igual la gente, su obsesión era menguar, no ocupar espacio...
A mediados de los 80, para la gente normal, ni siquiera tenía nombre esta enfermedad, así que se fueron convirtiendo en una atracción de circo: Nadie comprendía que era una enfermedad mental.
Sus organismos se fueron deteriorando a medida que rotaban de una consulta a otra, de un tratamiento a otro. Mentían como mienten los yonkis, y fueron pioneras, sin saberlo de una represiva religión que hoy siguen miles de chicas.
Les hacían reportajes en revistas, en las que se publicaban sus fotos.

...Hasta que un día, ellas, unidas siempre, decidieron que no permitirían ser fotografiadas nunca más. No podían soportarlo, porque se veían gordas.
Michaela murió en el 94. Tenía 26 años. Su cuerpo no pudo aguantar más.
Samantha no sabía vivir sin su hermana. Murió poco después. No tenía sentido estar sola. Las hermanas Kendall consiguieron su objetivo: ser nada.

Se silenció su historia, para limitar al máximo el efecto imitación, pues la repercusión mediática es abono para las mentes frágiles. Hasta que llegó internet.

Hoy son veneradas como mártires, elogiadas, recordadas...



ya las habia visto pero creia que era photoshop

Yo ya habia leido la historia, pero mucho mas completa, si la encuentro edito el post y la pongo ^^

Aqui esta: ( es una especia de reportaje-historia)

Samantha Kendall falleció el mes pasado a los 30 años. Pesaba 32 kilos. «La valiente Sam murió tranquilamente», anunció el Daily Mirror. La prensa la había convertido en su mascota. En realidad, los últimos cinco meses de su vida fueron de todo menos tranquilos, y hacía mucho que había perdido la valentía, junto con la dignidad y la salud mental. Las cenizas de Samantha fueron enterradas al lado de las de su hermana gemela, Michaela, quien sucumbió ante la anorexia hace tres años.

Las gemelas anoréxicas alcanzaron la fama en mayo de 1994, con las primeras declaraciones de Samantha. El público pudo ver su aspecto de interna de un campo de concentración, poco más que un esqueleto con piel. Su hermana acababa de morir, y a Samantha no le quedaba mucho tiempo. Tardó tres años en fallecer lentamente de inanición.

Suzy, la madre, habla en voz alta, casi a gritos: «He leído en la prensa que yo no cuidaba a mis hijas, que sólo buscaba la fama: no es verdad. Ha sido horrible. Las he perdido, se han ido para siempre. ¿Qué harían si les ocurriera lo mismo? Me preguntan si me siento culpable por no haber hecho todo lo que podía. De haber hecho más, estaría ahora muerta».

Cortarse las venas

Suzy hizo numerosas declaraciones en los medios de comunicación durante la enfermedad de sus hijas. El día de la muerte de Michaela, el 20 de abril de 1994, estaba participando en una televisión norteamericana. La misma Samantha dijo: «A mamá le encanta la notoriedad. A veces me pregunto si quiere que yo siga viviendo por amor, o simplemente para poder aparecer en algún programa y viajar de vez en cuando a Nueva York».

Pero por cada hora bajo los focos hechizantes de los estudios de televisión, ha pasado muchas otras terribles. Como cuando Samantha la llamó porque Michaela se había encerrado en el cuarto de baño tras cortarse las venas. Suzy fue a toda carrera a la casa de su madre, donde vivían las gemelas, y amenazó a su hija con tirar abajo la puerta del cuarto de baño. Michaela finalmente salió, chorreando sangre. Se abrió paso a empujones y comenzó a correr por la calle dando gritos.

Suzy ha cumplido 50 años. Menuda y rubia, se nota que la vida no le ha tratado muy bien. Vive en Birmingham (Reino Unido) con su segundo esposo, Bob, vendedor, con quien se casó hace 20 años. Su cachorro, Rupert, pesa a sus cinco meses más que sus hijas cuando murieron.

¿Qué llevó a las gemelas Kendall a quitarse la vida de una forma tan espantosa? «Me casé a los 19 años, contra la voluntad de todo el mundo», dice Suzy. «Para mí era muy guapo, creía que era un hombre maravilloso. Estaba loca por él». Suzy tenía que trabajar en una gasolinera para mantener a su marido, que no tenía trabajo. Un día se le olvidó tomar la píldora anticonceptiva, y cuando fue al médico, pensando que tenía problemas estomacales, estaba embarazada de cuatro meses y medio.

«Sentí un gran desconsuelo», recuerda. «No habíamos planeado tener hijos. Él no tenía trabajo, y yo pensaba que no podría seguir trabajando a causa del bebé». Discutieron. Suzy llegó a presentar una demanda de divorcio. «Mi madre estaba furiosa y no quería saber nada de mí. Aunque luego me dijo que me ayudaría a criar al niño», dice. Su esposo fue condenado a una pena de nueve meses de cárcel por robo antes de que diera a luz no a una, sino a dos niñas. Samantha nació primero, y a los diez minutos, Michaela, el 12 de mayo de 1967.

«¿Cómo se te ocurre tener gemelas? ¿Cómo nos las vamos a arreglar para salir adelante?», le dijo a Suzy su madre. «Cuando mi marido salió de prisión, intentamos vivir juntos de nuevo, pero no funcionó. No tenía experiencia, no sabía nada de niños. Les tenía miedo. Él se marchó con otra mujer cuando las gemelas tenían dos años y medio. Sentía que el mundo se me había caído encima». Cogió a las niñas y las llevó a casa de su madre, que las crió. Ella se trasladó a un piso cercano para poder ver a sus hijas y empezó a trabajar conduciendo una camioneta. «La gente da por sentado que cuando los abuelos crían a los nietos es porque la madre está haciendo algo mal», afirma Suzy, «pero creo que mi madre sabía lo que hacía».

La madre de Suzy trabajaba de cocinera, «así es que las gemelas iban acumulando kilos», recuerda Suzy. «Cuando las niñas se ponían enfermas, mi madre se cercioraba de que al menos comieran bien. Incluso comían para consolarse. Recuerdo que una vez mi hermana dijo: "Dios mío, están enormes". Las niñas estaban tan disgustadas que cada una se comió media libra de chocolate».

Suzy calcula que a los 14 años las gemelas pesaban más que el resto de niñas de su edad; estaban rellenitas. Ninguna destacó en los estudios. «Odiaban el colegio porque se burlaban de ellas», explica. «Decían que nadie las quería, por gordas».

Entonces decidieron tomar medidas contra su obesidad. Michaela y Samantha se pusieron a régimen cuando tenían 14 años. «Cada vez que iba a visitarlas me las encontraba sentadas comiendo sólo una manzana. Mi madre decía que la estaban volviendo loca». A principios de los ochenta no se sabía tanto de la anorexia como ahora, particularmente en un barrio humilde de Birmingham. Suzy no sabía a lo que se enfrentaba cuando cada una perdió 15 kilos. «Me di cuenta de que no estaban a régimen, sino muriéndose de hambre. Iban a la farmacia y compraban unas chocolatinas. Comían una al día, un poquito de yogur, o una manzana entre las dos. Decían que eran conscientes del problema y prometían cambiar. Pero nunca llegaron a hacerlo».

Sigue en un post abajo

2ª parte

Patatas fritas

Suzy decidió llevarlas al médico de cabecera, que se quedó asombrado. «No sabía que hacer». Comenzó la larga peregrinación por las consultas de médicos, hasta que perdió la fe. «Me crié pensando que estas personas eran superiores, pero nadie sabía cómo actuar. Un famoso especialista trató a Michaela durante los ocho meses que permaneció ingresada en el hospital por orden judicial. Cuando se cumplió el plazo regresó a casa y murió al cabo de dos meses. Ocurrió lo mismo en el caso de Samantha».

Llegaron a conseguir trabajo y novio, pero tenían que ser ingresadas periódicamente. Michaela contó que ambas se quedaron embarazadas cuando tenían 22 años. «Nos íbamos a poner gordas, de modo que decidimos abortar», dijo.

«No podían mantener su empleo», cuenta Suzy. «Un verano consiguieron un puesto de monitoras en un campamento, pero les dijeron que tenían que marcharse debido a su aspecto. Trabajaban bien, pero impresionaban tanto a los chicos a la hora del desayuno que les quitaban el apetito».

En 1992, después de cinco años juntos, el compañero de Michaela le dio un ultimátum: la anorexia o su relación con él. «Le dije que la anorexia era más importante», respondió Michaela. Samantha también abandonó a su novio y se reunió con su hermana. La decisión tuvo fatales consecuencias. Cada una ejercía una influencia negativa sobre la otra. Samantha confesó que su dieta consistía en dos infusiones de menta a mediodía, un par de patatas fritas por la tarde y, de cena, la cuarta parte de una rebanada de pan bajo en calorías y una pequeña porción de pudin. «La competencia entre nosotras lo hacía todo más difícil», contó Samantha. «Si Michaela decía que no quería una taza de té, entonces yo tampoco la tomaba, aunque estuviese desesperada». Michaela murió al lado de Samantha, acostada en la cama que compartían, pesando sólo 28 kilos.

Desesperada, Suzy se dirigió por carta a Chat, una revista de mujeres que paga a los lectores por contar su vida. Su historia captó la atención internacional. «Esperaba que alguien pudiera curar a Samantha. La gente es cruel, comentaba que yo lo hacía todo por salir en los periódicos».

Vivir con dos enfermos así es muy difícil. Llega un momento en que no pueden controlar los esfínteres, debido a la ingestión de laxantes. «Los anoréxicos se convierten en personas reservadas, no se puede confiar en ellos. No eran las niñas que conocía. En una ocasión viajé con Samantha a Nueva York para participar en un programa. Ella quería ir de compras. En una joyería se le cayó un enorme collar de la manga. El dueño se nos acercó, ya que a Samantha se le empezaron a caer otras piezas de las mangas. No me lo explicaba, ella tenía suficiente dinero. Para colmo, se había tomado una gran cantidad de laxantes. Al salir, me di cuenta de que estaba temblando... No había podido aguantarse. "Tengo que regresar al hotel", dijo. Estaba tan enojada con ella que le dije: "Vuelve tú sola, yo voy a caminar un rato para tranquilizarme"».

Demencia

En 1994, Samantha ingresó en la clínica canadiense Montreux Counselling. «Mamá, te sentirás muy orgullosa de mí cuando me veas», decía en una carta. «Me he propuesto no volver a pasar hambre nunca más. Esta enfermedad mató a mi querida Michaela. No voy a permitir que me mate a mí».

Suzy viajó a Canadá. «Me di cuenta de que el problema no había desaparecido. Le faltaba algo: su hermana gemela. Y eso no podría remediarlo nadie». Samantha regresó a casa, contra la voluntad de su madre. «Tenía 27 años y yo no podía obligarla a que me obedeciera», cuenta Suzy. «Vivió conmigo y con Bob durante 12 meses».

Samantha volvió a ingresar en un hospital a finales de 1995, un año después de salir de la clínica de Canadá. «Estuvo junto a otros pacientes normales, no estaba en el lugar adecuado. Se lo dije una y otra vez a los médicos». Cuando salió de allí, el Ayuntamiento le concedió un piso maravilloso. Suzy ayudó a su hija a decorarlo, pintó un paisaje y nubes rosadas en las paredes. Entonces Samantha comenzó a rechazar cualquier tipo de ayuda. «Me decía: "¿Por qué no me dejáis morir en paz?"».

El papel que desempeñó Suzy Kendall en la vida y la muerte de sus hijas sigue fascinando a muchos, que se preguntan por qué no las obligaba a comer. Sin embargo, no es fácil hacer que alguien coma si no quiere. Suzy llegó a apretarle las mandíbulas a Samantha para que no vomitara la comida que le habría salvado la vida.

A principios de julio de este año, Samantha fue ingresada a la fuerza en un pabellón de enfermos normales. Cuando Suzy fue a ver a su hija la encontró casi inconsciente. «Decía incoherencias, como si estuviese borracha. Sufría convulsiones, sólo se le veía el blanco de los ojos». Fue trasladada a la unidad psiquiátrica. «La llevaron contra mi voluntad. Creía que querían matarla, y que estaban haciendo películas pornográficas de ella. Me dijo que yo era una actriz, que Bob era un actor, y que estábamos empeñados en destruirla. Estaba aterrorizada».

Suzy y Bob consultaron a un abogado para intentar obtener la anulación del internamiento. La orden fue cancelada el 25 de septiembre. Samantha murió el 20 de octubre. «Cuando salió del hospital estaba completamente trastornada», cuenta Suzy. «Había intentado enfrentarme a su anorexia, pero no podía soportar su demencia. Se cometieron los mismos errores que con Michaela».

Samantha cayó en coma irreversible en casa de Suzy, donde pasó la última semana de su vida. Aseguraba que Michaela se le había aparecido y que estaba preparada para morir. La noche antes de morir, se comió medio pincho moruno, y le dio la otra mitad a Rupert, el cachorro. Samantha pasó la noche vomitando. El médico al que llamó la encontró en coma.

Suzy cree que Samantha quedó marcada por la muerte de Michaela. «Sin embargo, tuvo que sufrir durante tres años antes de poder reunirse con ella. Los gemelos tienen vínculos muy extraños. No son como otros hermanos. Me da igual que piensen que estoy loca, pero creo que Michaela vino a buscar a Samantha. Ahora vuelven a estar juntas. Y ya nadie podrá separarlas. Me merezco un poco de paz. No saldré ilesa de esto, no creo que llegue a vieja. Pero no me importa. No puede pasarme nada peor que lo que me ha ocurrido».

mañana en la mañana lo leo porqe komo m pillen aqui...

impactante

que fuerte

Pues si, a mi lo que mas me a impresionado es que en un momento trata a la anorexia como el anticristo, como si la chavala estuviera poseida, se puede llegar a tal punto de locura?

Atem25 escribió:

Pues si, a mi lo que mas me a impresionado es que en un momento trata a la anorexia como el anticristo, como si la chavala estuviera poseida, se puede llegar a tal punto de locura?

ni idea pero le coji mania a la madre ¬¬

Yo tambien XD, pero si te pones en su lugar ahi que acabar un poco harta tia, es asi, ademas de que se desconocia la enfermedad y eso imaginate, loca la tuvieron que volover

que no, no la justifiques xDD
tia es duro porque yo veo a mi madre
pero es que esa... mi madre n buska camaras

Y posa ahí toa orgullosa
Q tus hijas se muereeeeeeeeeeeeeeen!!!!!!!!!

Tiene un aire a al margarita 6 dedos xdxd jjaja

Oh dios mio

Helada me he qedado..
Como es la gente..
Hacer de esto un "espectáculo"....

No se parecen mucho la verdad como para ser gemelas¬¬

Realmente me impactó leer sobre estas hermanas!!
Suelen decir que cuando una hermana gemela o melliza tiene anorexia, es muy probable que la otra también y que da igual si son mellizos hombre y mujer...